«El Psoas encarna nuestro impulso más profundo de supervivencia, y nuestro elemental deseo de florecer.» (Liz Koch)
El psoas es el músculo más profundo y estabilizador del cuerpo humano, que afecta a nuestro equilibrio estructural, amplitud de movimiento, movilidad articular y funcionamiento de los órganos del abdomen. Se origina en la columna vertebral y pasa por delante de la pelvis para insertarse en el femur.
Es un músculo que conecta la parte superior e inferior del cuerpo, encontrándose exactamente ubicado en una zona con una gran movilidad. Concretamente este músculo tiene una función de flexor, abductor y rotatorio del muslo, además de ser también flexor y rotatorio del tronco.
Es el principal músculo que conecta la columna vertebral con las piernas, el responsable de mantenernos de pie y el que nos permite levantar las piernas para caminar. Un psoas sano estabiliza la columna vertebral y proporciona apoyo a través del tronco, formando además un buen estante para los órganos abdominales.
Además de ser el responsable de manternernos de pie y caminar, se cree que el psoas nos mantiene en conexión con el tiempo presente, especialmente cuando se halla en extensión y libera la tensión del cuerpo.
Psoas, origen, inserción y acción o movimiento que realiza
Este músculo, está formado por 1 origen y una única inserción.
- Origen: Su origen se encuentra en las caras laterales de las vértebras lumbares, concretamente en las caras anteriores de las apófisis transversas y disco intervertebral desde la 12º vertebra dorsal hasta la última vértebra lumbar (L5).
- Inserción: En el fémur, concretamente en el trocánter menor de este.
Función o movimientos que realiza nuestro músculo psoas.
Nuestro músculo psoas realiza varios movimientos muy importantes:
– Con punto fijo en la zona lumbar:
- Produce una clara flexión de la cadera.
- Rotación externa del muslo.
- Pequeña aducción de cadera.
– Con punto fijo en el trocánter menor:
- Flexión de tronco de forma bilateral.
- Unilateralmente, lateralización al mismo lado y pequeña rotación al lado contrario del tronco del músculo contraído.
Algunos estudios recientes consideran además al psoas, un órgano de percepción compuesto por tejido bio-inteligente que encarna, literalmente, nuestro deseo más profundo de supervivencia y de florecer. Es decir, es el mensajero primario del sistema nervioso central, por lo que es considerado también como un portavoz de emociones (“de las mariposas en la tripa”). Esto es debido a que el psoas está conectado con el diafragma a través del tejido conectivo o fascia, por lo se ve afectado tanto en la respiración, como en el miedo reflejo.
Un estilo de vida acelerado y el estrés generan adrenalina que crónicamente tensan el psoas, preparándolo para correr, entrar en acción o encogerse para protegernos. Se dificultará así nuestra postura y las funciones de los órganos que habitan en el abdomen, dando lugar a dolores de espalda, ciáticas, problemas de disco, degeneración de la cadera, menstruaciones dolorosas o problemas digestivos.
Un psoas tirante puede constreñir los órganos, ejercer presión sobre los nervios, interferir con los movimientos de los fluidos y deteriorar la respiración. Según el autor del libro «The Psoas Book» de Liz Koch: «El psoas está tan íntimamente involucrado en éste tipo de reacciones físicas y emocionales básicas que un psoas crónicamente tenso enviará coninuamente señales de peligro al cuerpo, al tiempo de agotar las glándrulas srprarrenales y el sistema inmunológico.»
Desde nuestro punto de vista como terapeutas corporales, el primer paso a dar en la consecución de un psoas saludable es el liberar la tensión innecesaria. Para el logro de esto es recomendable la práctica de estiramientos, yoga y masajes que incluyan maniobras de estiramiento.
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