La Terapia con Ventosas (Cupping) es un tipo de terapia consistente en utilizar ventosas que se aplican directamente sobre la piel. Mediante un efecto de succión se genera un vacío que provoca una equimosis (hematoma) con el propósito de actuar sobre el organismo a nivel físico, reflejo y energético que ayude a devolver el equilibrio a la persona.
Aunque China (Bá Guàn) se menciona como el lugar de origen de la terapia con ventosas y, de hecho, aún hoy las emplean, es también conocida su utilización por culturas como la egipcia, Mesopotamia, griega, pueblos precolombinos, África, otros pueblos asiáticos y los aborígenes australianos… etc. En las primitivas prácticas chamánicas, ya se aplicaban las ventosas con el fin de succionar el espíritu causante de la enfermedad del cuerpo.
En las ventosas de cristal el vacío de genera de varias formas, todas ellas con la utilización del fuego. La técnica consiste en consumir el oxígeno que hay dentro de la ventosa e inmediatamente aplicarla sobre la piel antes de que vuelva a entrar más oxígeno. De esta forma se hace el vacío.
Esta terapia con ventosas (Bá Guàn) puede realizarse utilizando distintas técnicas:
Masaje con la ventosa: En este caso, se aplicaría aceite sobre la piel para permitir el deslizamiento de la ventosa. Se realiza un masaje por la zona a tratar para provocar la hiperemia y mover los fluidos. La finalidad de esta técnica es la desintoxicación del organismo de las toxinas que circulan por sangre y linfa.
Ventosa fija seca: Esta técnica consiste en dejar la ventosa fijada en la piel, en puntos
Ventosa intermitente: Consiste en tirar de la ventosa hacia arriba repetidas veces, sin llegar a despegarlas, efectuando en la piel y tejidos subyacentes un mecanismo de bombeo espirativo intermitente que provoque la llamada de la linfa hacia la zona de más directa influencia delimitada por la boca de la ventosa, o también, hacia un área más extensa de tejidos a dicha tracción / aspiración.
Aplicación y extracción rápida de la ventosa: Esta técnica se utiliza solamente en la espalda, y es para hacer incidencia en los pulmones. Se aplica la ventosa, se deja dos o tres segundos y se separa de la piel con un movimiento rápido para aplicarla inmediatamente de nuevo en el siguiente punto, repitiendo el proceso, recorriendo de esta manera toda la zona a tratar. Esta técnica es específica para casos de mucha congestión pulmonar por mucosidades. Ayuda a que se desprenda el exceso de mucosidad y que salga a través de la tos.
Ventosa escarificada: Consiguen la extracción de parte de la sangre acumulada. El sangrado se realiza en zonas muy congestionadas e inflamadas que necesitan “dejar ir” la tensión acumulada, drenando el foco inflamatorio de forma directa y selectiva.
Las marcas provocadas mediante el tratamiento desaparecen en el transcurso de una semana aproximadamente y no dejan ningún efecto estético negativo.
Efectos obtenidos con ésta terapia:
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